El síndrome del impostor es un fenómeno psicológico que constantemente te hace pensar que no eres merecedor en tu trabajo , según el Centro de Asesoramiento del Instituto de Tecnología de California, las personas que lo experimentan de manera constante una duda crónica de sentimientos de fraude intelectual.
Estos son los principales síntomas , identifícalos y aprende a gestionarlos:
Síntoma 1: Dificultad para recibir elogios
¿Te cuesta aceptar reconocimientos, premios o felicitaciones por el trabajo que realizas? Seguro vienes acostumbrado a que tu trabajo no sea valorado o las veces que te esforzaste nunca recibiste un elogio, a tal punto de que dejaste de darle importancia si te reconocen o no lo bueno que haces , pero cuidado, ya llegaste al punto en que ahora que te felicitan ya no lo aceptas.
La mejor manera para empezar a sentirte merecedor del excelente trabajo que haces es empezar a disfrutar tus triunfos por pequeños que sean , bien sea recientes o del pasado, acuérdate de los premios, proyectos exitosos y feedback positivo recibidos por parte de personas que valoras.
Síntoma 2: Intentar ser el superhéroe de la oficina
La necesidad inherente de ser «el mejor de los mejores»., creer que tienes todo claro todo el tiempo, que no necesitas de los demás para alcanzar tu objetivos en el trabajo, se convierte en un sentimiento que perpetúa el ciclo tóxico de perfeccionismo y acaba resultando en un autosabotaje permanente que al final genera mucha frustración.
Es importante que tomes consciencia de que no eres el superhéroe, que necesitas de los demás, tener la humildad para reconocerlo y apoyarte en tu equipo de trabajo para sacar adelante los objetivos propuestos. Con ello estarás abierto a nuevos aprendizajes.
Si no tienes un equipo de apoyo, tal vez sea el momento de pedir uno o de buscar dicha oportunidad. Es una buena idea preguntarse si tus pensamientos negativos e inseguridades se crearon en tu lugar de trabajo.
Síntoma 3: Compararse constantemente con otras personas
La comparación es el resultado de una baja autoestima, te lleva a tener sentimientos de envidia y llegar a desarrollar depresión. Utilizar a otra persona como referencia comparativa de ti mismo puede hacer que creas que hay algo en ti que falla, y que tú eres el problema.
Es momento de que te enfoques en tus objetivos y lo que necesitas para lograrlo, aprende a reconocer cuándo estás haciendo comparaciones tóxicas (e injustas contigo mismo, dales un nuevo significado a estos pensamientos de comparación. Descubre y enfócate en tu propósito de vida , con ello podrás identificar que eres único y que tienes habilidades particulares que le dan sentido a tu vida y puedes ayudar a oros. Cultiva una relación positiva con tu jefe, de forma que puedas hablar abiertamente sobre tus ambiciones y objetivos dentro de la compañía.